miércoles, 21 de agosto de 2013

El puente viejo (pero no tanto) de Cañamares

El pueblo de Cañamares, una pequeñísima población al oeste de Atienza, ofrece uno de los puentes más hermosos de la provincia y, por reducción, de toda la sierra norte. Sorprende, una vez bajado al pueblo desde la carretera, encontrarse con este magnífico ejemplo de solidez arquitectónica y ligereza de alzado, remarcado por el pronunciado lomo, la fuerte rasante y la piedra rojiza que le dan la imagen tan característicamente medieval a este puente.

El puente de Cañamares en b/n (Foto del blog de J. Serrano Belinchón)


Las cosas no son, sin embargo, lo que parecen; en el pueblo se refieren a la construcción como el "puente antiguo", y en los pueblos de la zona se conoce como "el puente romano". Y antiguo es, pero no tanto, puesto que su construcción y aspecto actual datan, como tantas obras públicas en todo el país, de la administración de Carlos III (finales del siglo XVIII). Luego el puente fue reparado en distintas ocasiones durante el siglo XIX y, finalmente, la última intervención se llevó a cabo en 1952 (v. "Guía de los puentes de Guadalajara", Ed. Aache). Así pues, este magnífico puente, de nombradía romana pero trazas medievales, popular en la zona e injustamente poco visitado, se nos acaba revelando como barroco en su construcción actual e ilustrado en sus fines. Cosas de esta tierra, que hasta en lo moderno se nos confunde con el pasado. Y ya sería hora de que lo que se hace -poco y escasamente- por la Administración mirase también al futuro.